lunes, 16 de febrero de 2009

Cuando matar se convierte en cotidiano y deja de sorprendernos

Desde que el pasado 14 de Febrero se detuviera al presunto asesino de Marta del Castillo, y tras las sucesivas detenciones que se han venido produciendo (2ª, y ), resulta imposible leer un periódico o ver un telediario sin que sea esta noticia uno de los platos fuertes.

Lo que me preocupa es lo poco impactada que está la sociedad. ¿Poco? direis. Si, ya se que se está hablando mucho del suceso pero no se resalta un hecho que me parece espeluznante.

No es de recibo que una persona mate a otra en un ataque de furia (de celos en este caso). Sin embargo este hecho, por grave que sea, solo prueba que hay gente que no es capaz de controlar sus impulsos (que por otro lado no es normal tenerlos).

No es de recibo que una persona decida fríamente asesinar a otra (y no digo que haya sido el caso). Sin embargo este hecho, por grave que sea, solo prueba que hay gente que no merece formar parte de esta sociedad y si me apuras ni existir.

Ahora bien, que una persona mate a otra y haya 3 personas dispuestas a encubrirle solo puede ser muestra de que gran parte de esta sociedad está podrida. Porque, ¿Qué probabilidades hay de que un asesino coincida con 3 personas con una total ausencia de ética y moral dispuestas a ayudarle, en una sociedad moralmente sana?

Al margen de la rabia y desolación que nos provoca la muerte de Marta, debemos preocuparnos seriamente por la pérdida de la moralidad generalizada de nuestra sociedad. Mal nos va a ir si cualquier delincuente puede encontrar cómplices sin necesidad de salir a buscarlos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario